Mientras que hay gente que se pinta las uñas desde muy temprana edad, yo comencé a hacerlo hace unos años y no me las pinto muy a menudo, con lo que cuando lo hago es para mí todo un logro.

Aunque no suelo pintármelas mucho, cuando lo hago normalmente escojo colores oscuros (negro, burdeos, rojo, morado…) o turquesas y azules, que combinan con mi color de pelo actual.

Hace unos meses descubrí los esmaltes de colores mate y estuve buscando alguna tienda en la que los vendieran. Vi muchos «top coat» que matificaban el color del pintauñas que usara, pero decidí comprarlo directamente del color que quería utilizar en versión mate.

Finalmente los encontré en una franquicia llamada «Flormar» y, aprovechando el viaje (la tienda estaba algo lejos de donde vivo) compré tres pintauñas mate; uno blanco, uno rojo oscuro y otro negro, que es el que he usado en esta ocasión.

Esta vez quería algo un poco radical y, aprovechando que tenía las uñas largas, las arreglé para que fueran puntiagudas, tipo «stiletto». Las corté y limé para darles la forma que quería y luego las pinté de negro mate.